Peor que el infierno [Priv. Joseph Shelby]

Apenas había descansado, se sentía agotado. Para saber porque se encontraba así, hay que volver la noche anterior. Volvía a casa, con la cena comprada y se encontró lo peor que pudo, un tiroteo entre una banda y las fuerzas del orden en el edificio donde iba a dormir, el cual era derrumbo so y claramente no era habitable pero aun así se alquilaban pequeñas habitaciones con baño a precios ridículamente bajos y para alguien como Kitano un lugar ideal con todo lo necesario electricidad, agua y un techo capaz de protegerlo de la lluvia. La pelea entre ambas partes duro hasta alta hora de la madrugada. Cuando todo acabo le permitieron entrar en el edificio.

Aquel lugar estaba aun peor de lo que recordaba, pero por suerte su habitación no había sufrido mucho, solamente la puerta había perdido la toda forma posible y solamente era un amasijo de madera, pero este hecho no le importo, no tenia nada que mereciera la pena robar, aparte de sus chándal y el traje carisimo que estaba oculto bajo varios periódicos. Pero quien se molestaría en buscar debajo de aquello, donde claramente solo encontraría basura.

Su despertador sonó a las seis de la mañana como era habitual, apenas había podido dormir dos horas y se sentía completamente destrozado, pero aun así hizo sus ejercicios diarios para mantenerse en forma, dejándolo aun mas acabado. Tenia una entrevista para repartidor de un bar cercano, se puso su chándal mas limpio y se dirigió allí.

Fracaso total, era las palabras como se describiría su entrevista, estaba tan nervioso y agotado que se tropezó nada mas entrar, su lengua se trababa y sus pintas de vagabundo con los ojos ocultos tras el pelo no ayudaron. Estaba completamente agotado mental y físicamente, por lo que arrastrando los pies avanzaba hasta su casa, hasta que escucho el característico sonido de armas de fuego. Antes de que los disparos se escucharan se lanzo a un extraño contenedor a su lado y se escondió en él. No tenia ganas de meterse de lleno en alguna de las cientos de batallas diarias que ocurrían en el continente artificial.

No podía ver nada, pero notaba las explosiones y disparos ocurrir a su alrededor. A su alrededor había un extraño olor pero nada que no fuera capaz de soportar, ademas estaba cómodo... demasiado cómodo hasta el punto de quedarse dormido.

Un ruido extraño lo despertó, se encontraba tirado en una calle aun mas apocalíptica y destruida que las de su barrio, ademas un hedor a muerte invadía todo. Estaba rodeado de cuerpos muertos, e incluso había babeado a varios de ellos, los cuales uso durante todo este tiempo como almohada. No sabia donde se encontraba totalmente perdido, sin nadie a su alrededor y atardeciendo. Por suerte después de haber dormido tanto tiempo se encontraba totalmente lleno de energías.

Avanzaba por la calles, sin ver a nadie, con la desgracia de volver de donde salio, al monton de cadaveres, estaban siendo devorados, no por criaturas, si no por otros humanos. Se quedo estupefacto durante unos segundo, el olor de muerte se hacia mas fuerte cuanto mas miraba, dio un paso atrás golpeando una lata llamo la atención de todos aquellos seres. La mas cercana a él, era una mujer, aparente normal quitando que estaba completamente manchada de sangre y masticaba lo que parecía un órgano, se le abalanzo la primero. Sus instintos como humano y como dios se dispararon, activando todos sus sensores de peligro.

Cogió una barra de metal cercana, la cual estaba clavada en el suelo, la levanto con un brazo y antes de que ella diera el ultimo paso con intenciones claras de morderlo, la golpeo directamente en el rostro, no tenia la suficiente fuerza como para arrancar su cabeza ya que no estaba usando sus poderes de dios y tampoco podía usar toda su fuerza en ese posición, pero lanzo por los aires la cabeza, en la direccion de los otros seres. Todo su ser gritaba. Corre, huye, peligro. Se dio la vuelta rápidamente y salio corriendo de aquel lugar los mas rápido que pudo, lo ultimo que fue capaz de ver de esa escena fue a uno de ellos, cogiendo la cabeza voladora de un mordisco por la oreja.

Corrió, corrió y corrió hasta que su corazón rogaba por oxigeno y su cerebro empezaba a fallar, miro a sus alrededores cada vez mas oscuros y no fue capaz de ver a ninguno. Se relajo tanto que cayo de culo en aquel camino. Entre jadeos con un tono entre asustado y cabreado. Que....cojones....eran...esas..cosas...

La noche pasada fue todo un fiasco... La mafia me ha estado tocándome los ovarios desde que decidieron contratarme para una misión de no se que de lo que me han hablado. Completa porquería lo que me estaban explicando. Aunque para mi la mejor parte fue... Que nos íbamos a Zombieland! Hell yeah! Ese lugar es para mi como el mayor parque de atracciones para una psicópata como yo! Si mi viejo o mis colegas del pueblo estuvieran allí, se montan un baño de sangre... Pero claro es inevitable de que algún pringao se convierta en Zombi, aunque soy mas de escuchar las terroríficas historias del Dr.Ned, de pequeña, y me da algo de vergüenza admitirlo... La peña se burlaba de mi por mearme en la cama cada vez que escuchaba una historia del Dr.Ned, por aquel entonces era muy pequeña y fácil de asustar, pero también soy vengativa, en ocasiones me voy a las casas de los que se burlaron de mi y me meo encima de ellos, y otras veces, saco ladrillos en el culo para que se quedaran con la peste durante un par de días... Raras veces les tiro menstruación.

En fin, ya han pasado muchos días desde que vine por primera vez a Zombieland, y veo, que está como siempre, psychos, polis, y sobretodo la mejor parte de esta maldita ciudad... Zombies! Esto ya era como unas vacaciones de verano, te vienes a un país extranjero para hacer juerga y montarse una cogorza hasta el amanecer, pero bueno como tengo trabajo que hacer (o lo tenía, hasta que me despidieron) pues me puse manos a la obra, tenía el armamento necesario y mi libro de los Errantes por si surgía alguna que otra emergencia, pueden serme de utilidad para mas tarde.

Han pasado horas, y la experiencia ha sido mas o menos emocionante de lo que creía, hordas de zombis me han estado persiguiendo, pero son tan lentos que me tomé todo el tiempo del mundo para fabricar explosiones caseras y tirárselas en su cara. Luego decidí acompañar a varias personas hacia alguna que otra Zona segura por simple entretenimiento y de vez en cuando, buscar objetos raros como si de un RPG se tratara. Después de eso ya no sabía que hacer, había matado a tantos que ya me empezaba a aburrir... Creo que debe ser por la cantidad de carne podrida que seguían por aquí. Hoy había muy pocos a los que matar, y no sé que decir respecto a las Hordas, ahora mismo me los encuentro muy pocas veces. Que es esto, la Zona Segura? De ser así creo que me he ido a divertir a la Zona equivocada de Zombieland, pero en fin, tampoco es que me haya aburrido, ha sido entretenido mientras duró. A punto de irme por otra parte, me encontré a un tipo extraño con chandal sentado en el suelo y cansado. Otro superviviente? O un Psicópata como yo? Solo había una forma de averiguarlo.

-Eh tu! Levanta ese culo y no hagas ningún movimiento estúpido!-

Le apunté con la pistola esperando a que se levantara, esperé como varios segundos hasta que le disparé. Tranquilos, no le he dado, desvié un poco la trayectoria del disparo para dar a un Zombi que tenía por detrás. Justo en la cabeza...

-Padre nuestro, que estás en este maldito infierno. Satanizado sea tu nombre y de una bala en la cabeza te quedas deforme. Yoh! Luego Dios me va a patear bien el culo por decir una rima tan ingeniosa. En fin... Amigo o Enemigo? Depende de la respuesta acabas como este tío al que acabo de disparar hace unos segundos. Tu nombre?-

Eso es lo que dije mientras sonreía de una forma alegre sin llegar a un grado de asesina psicópata, mas bien, era la sonrisa de una niña guapa e inocente que solo quiere comprar unos caramelos... QUE?! Que no te lo crees?! Ya verás como te enganche!

OFF: Ok no hay problema con eso. Y disculpa si respondo con retraso, a veces estoy con un lío de cosas y otras veces la pereza no me ayuda xDU.

Su mente se iba recomponiendo a la vez que iba recuperando el ritmo de su respiración y aunque sus latidos no bajaban el ritmo. Por su cabeza pasaban mil cosas y a la vez ninguna. Los muertos andan... zombis.. así que estoy en la peor parte de la ciudad que debería estar....el infierno en la tierra donde ni los muertos descansan....una tierra maldita para los cuerdos un cielo para los locos... Muchas y peores cosas pasaban por su cabeza, pero en pocos pensamientos esos eran los principales.

Estaba tan absorto en sus pensamientos y en recuperar su ritmo que no se fijo en sus alrededores, hasta que un disparo paso cerca de su cabeza. Haciéndole recordar que estaba en aquel infierno, miro hacia donde provino el disparo, sus pelos se movieron levemente hacia un lado, dejando a la vista uno de sus ojos color ámbar, el cual con el atardecer parecía brillar.

La persona que se encontraba de pie allí llevaba un arma, la cual había usado para disparar detrás suya, aunque estaba acostumbrado a ser disparado así que este hecho no le importo mucho, se fijo en el rostro de ella, tenia lo que parecía una sonrisa siniestra y a la vez algo deforme, como buen japones debía corresponder una sonrisa ademas de presentarse. Con una sonrisa natural, la miro directamente a los ojos, con algo de determinación. Me llamo Ken, Ken Kitano.

Tras estas palabras se levanto, quedando su ojo oculto otra vez tras su pelo, miro a sus alrededores viendo el zombi que había asesinado aquella joven. Bonito atardecer, el momento ideal, donde la noche se come al día. Ni el mismo sabia que era la estupidez que estaba diciendo, así que solamente amplio aun mas su sonrisa. Debía mantener la mente ocupada, para poder sobrevivir. Muchas gracias por devolverme mi mente a este mundo y salvarme del zombi. La miro a los ojos, aunque los suyos no se pudieran por su pelo.Mmm... ¿Por cierto como se llama?

Tras unos instantes, vio algo que llamo su atención, su arma predilecta. Un bate de béisbol, era de madera por lo que estaba algo mohoso ademas de dañado, el tiempo había hecho estragos en él. Lo levanto hacia arriba con una sonrisa. Ideal, no me atrevería a atacarlos solamente con mis puños. Su sonrisa se amplio, ademas de que su rostro se mostró mucho mas calmado. Mostrando una seguridad que antes no tenia.

Hmm... Algo sorprendida me quedé en cuanto vi a ese tío. O sea, le apunto a punta de pistola ni se inmutó, creo que no era la reacción que yo esperaba pero en fin, el juego dejó de ser interesante, a pesar de ser aliado o enemigo le habría disparado de todas formas, pero como no ha dado ninguna de esas respuestas y menos ha reaccionado en cuando le disparé por primera vez pues dije...

-Pues vaya, menudo palo, y pensar de que podía ver una reacción algo mas común cuando apunto a alguien con una pistola. Bueno, supongo que aquí ya nadie se sorprende cuando le apuntas a alguien con una pistola en la mano, en fin.

Ya que mi cargador estaba completamente vacío, me aseguré de llenar el cargador antes de ponerme en marcha, no sabía que tenía ese hombre o soy yo o estaba acostumbrado a esta clase de situaciones de vida o muerte, pero bueno con tal de defenderse ya es lo que le bastaba para sobrevivir.

-Para ser un superviviente dice cosas raras no crees? Bueno, quien soy yo para hablar de todas formas... Mi nombre es Joseph, Joseph Shelby, estoy aquí de paso así que vamos, te llevaré a la Zona Segura.-

Dije de una forma muy calmada a pesar de la situación en Zombieland. Pero que se puede decir, aquí el que no esté acostumbrado a vivir en una región lleno de Zombis, o se va al carajo o simplemente eres carne de cañón, en esta ciudad los habitantes tiene una alta capacidad de supervivencia, hasta los bebés la tienen, suena exagerado pero en verdad es mas o menos así. Por otra parte, vi como aquel hombre, al que se hacía llamar Ken Kitano cogía un bate de Baseball del suelo para usarlo como arma, pero a juzgar en la forma de su bate, parecía de que estaba a punto de romperse, suspiré un poco y empecé a caminar en dirección a la armería mas cercana que se encontraba en estas manzanas, comprobando también la munición que me quedaba, cosa que me quedaba pocos cargadores, así que debo tener cuidado antes de tener que recurrir a un Errante para que me salve el culo.

-Antes que nada vamos a una armería, si no te importa.-

Dije mientras bostezaba, se me han agotado casi todas mis armas,y mi robot está en otra parte así que debo apañarmelas por mi misma y cuidar también de Kenny, me preguntaba si el también era humano... Bueno, que preguntas digo, de ser un Dios o algo parecido se habría cargado a todo una horda por el mismo, en fin, será mejor de que sigamos antes de que venga otra horda a amargarnos la vida.

Balanceo el bate varias veces, para notar si la base y el centro de gravedad estaba dañado, pero parecía lo suficientemente resistente aunque si no usaba sus poderes en él, con su monstruosa fuerza lo rompería de un golpe, así que uso sus poderes para volverlo un arma lo suficientemente útil, aunque este hecho no se veía a simple vista. Tras esto se puso a la par de Joseph y alternaba la mirada entre los alrededores y la joven.

Sonrió levemente, mientras pensaba como contestar correctamente a las palabras de la joven. Llámalo intuición o locura, pero después de haberme salvado del zombi, no sentí que me fueras a disparar. Sonrió más ampliamente, mientras se apartaba los pelos de la cara durante un instante, mirando a un lado. ¿Eres alguna clase de salvadora o algo así? ¿O solamente llevas a este pobre ser perdido a un lugar seguro? Sobretodo siendo tan joven. Tras estas palabras, se adelanto un poco, con el rostro serio, había un zombi allí, levanto el bate rápidamente y le dio de pleno en la cabeza, rematandolo en el instante. Tras esto se volvió a poner al lado de ella y su pelo tapo sus ojos.

Con un tono algo molesto. Parece que mi bate de béisbol no durara mucho, los zombis son mas duros de lo que pensé. Tras esto sonrió levemente. Por cierto lo de joven, no lo decía con malas intenciones, solamente estoy sorprendido de ello, no me esperaba que me ayudara una joven tan encantadora. ademas de que pareces muy capaz. Antes de ser disparado por ella o empeorar lo que había dicho, decidió cerrar la boca y mirar a los alrededores en busca de aquella armería.Por cierto. ¿La zona segura esta muy lejos? No llevo nada de efectivo encima y tampoco algo de valor. Y aunque tengo confianza en mi cuerpo, no creo ser capaz de aguantar el hambre o la sed. Tras esto hizo una sonrisa algo nerviosa.